domingo, 29 de noviembre de 2009

lengua en salsa

Hoy voy a sacar la lengua aunque alguna gente no le guste! Ser carnívoro es ya un asunto que se cuestiona y comer vísceras lo es aun más. No obstante, cada paladar y cada cultura está llena de prácticas que las hacen a veces únicas y especiales. Las diferencias justamente es lo que hacen un mundo lleno de historias, colores y sabores.

En Costa Rica comer lengua de res es muy común y es uno de los platos relativamente de mayor valor económico. Claro está, alguna gente no tolera la idea y otros el sabor, pero otros como yo, la hemos puesto en la lista de favoritas de las recetas.

Preparar una lengua de res tiene su técnica, tiempo y trabajo. Pero el sabor final me encanta. Al comprar la lengua puede que se incluya la parte final en el corte, lo que se llama la raíz, que también tiene buen sabor. Se debe limpiar bien con limón y sal y se lava con abundante agua. Entonces se pone a cocinar en agua limpia, con ajos, rama de tomillo y una cucharadita de sal. Lo ideal es hacerlo en olla de presión por unos 30 minutos una vez que inicia el sonido de la olla.

Al tiempo se desecha esa agua y se le elimina la membrana blanca que cubre la lengua al cocinarse. Se parte en rebanadas y se vuelve a poner en agua nueva, con hierbas aromáticas y condimentos a su gusto por otros 30 minutos en la olla de presión. Al tiempo sacamos la carne del caldo y reservamos ambos ingredientes. Es importante verificar la suavidad de la carne. De lo contrario se pone un rato más sin presión.

Aparte se sofríe en una olla, cebolla picada, chile dulce (pimiento), apio, tomillo y se incorporan un par de tomates grandes rallados para formar una salsa natural. Se deja cocinar a fuego lento unos 10 minutos, se condimenta. Se incorpora un par de zanahorias partidas en rodajas y unas vainicas en trozos pequeños. Se le añade las tajadas de lengua y algo del caldo donde se cocinó, lo suficiente apenas para formar una salsa no muy espesa. Opcionalmente se le puede añadir salsa de tomate tipo Ketchup o bien una cucharada de azúcar para bajar la acidez del tomate.

Cuando espese algo la salsa, se le puede añadir 1 taza de arvejas (arvejas, petit pois, guisantes verdes) y se retira del fuego; se le incorpora culantro picado y estará lista para servirse. Muchos la saboreamos con arroz blanco, como decimos: para ir recogiendo el caldito o bien, se puede servir en un “gallo” con tortilla.

Escrito por Luis González en su blog COCINA COSTARRICENSE

miércoles, 25 de noviembre de 2009

picadillo dulce de vainicas

En esta mi linda Costa Rica, hacer picadillos de verduras, es cosa de todos los días. Aprovechando las vainicas siempre en temporada, se preparan solas o bien en matrimonio con otra más. La vainica es conocida en Venezuela con “vainita” y como “ejotes” en México, así que si le llamas diferente en tu país, pues dale, es cosa de picarlas finito y ya está el ingrediente base.

Se cocina carne, posta de res o cerdo, con buen caldo y olores, al estar lista se pica finito y reservamos. Partimos aparte vainicas en rueditas pequeñas, y se ralla un poco de zanahoria. En una olla se sofríen olores y se añaden las verduras. Se les pone un tanto de agua, apenas para que se suden y cuando vayan suavizando condimentamos al gusto y añadimos la carne. (Te sale una receta vegetariana omitiendo este paso).

Dejamos mezclar sabores y ya 2 minutos previos antes de servir, le añadimos un chorrito de miel de abeja y otro de salsa de tomate. Este “toquecito” le dará un sabor dulcete al asunto y es otra manera especial de comerlo. Este consejo lo aprendí de Viviana, del programa VIVIANA EN TU COCINA
 Para disfrutar en tortillas o bien con un poquito de arroz blanco   

jueves, 5 de noviembre de 2009

torrejas al vino

Una receta que se conoce hace muchos años y aunque se disfruta mucho en el área rural de Costa Rica, también es un postre de corte internacional. En muchos países tiene su propio sello, por un ingrediente extra o uno menos, o bien varia en su procedimiento o puede encontrarlo con en el nombre de torrijas también.

Pero el principio es el mismo, rodajas de pan añejo, mojado y luego frito y bañado en miel. Así que las torrejas son como primas del budín, sacando provecho al bollito de ayer y que funciona mejor para estas recetas. Aquí lo particular es que el vino tinto es el ingrediente sobresaliente.

Con un bollo de pan tipo baguette añejo, se corta en rodajas de unos 2 centímetros. Se prepara una base con ½ taza de vino tinto que se pone a entibiar en el microondas y en el que se diluye luego ½ taza de azúcar. A esto le añadimos 1 taza de leche a temperatura ambiente, ½ cucharadita de vainilla y 3 huevos.


Por esta mezcla se pasan las tajadas de pan se fríen en aceite caliente, por ambos lados hasta dorar, se escurren en papel toalla y se reserva. OPCIONAL, puede no incluir los huevos en la mezcla inicial. Entonces se remoja el pan en el líquido, se pasa por los huevos previamente batidos y se fríen igual.

A este momento las tajadas ya se llaman torrejas y se sirven con miel de abeja, en almíbar de azúcar, sirope de maple o el de su agrado. Yo he preparado una miel de caña de azúcar con vino. Se cocina ¼ de tapa de dulce (panela o piloncillo) con ¼ taza de agua, ralladura de jengibre. Cuando se deshace y empiece a espesar se añade ¼ de taza de vino tinto. Solo unos minutos al fuego y con esta miel se bañan las torrejas.

No se tardan más de 30 minutos y el postre es seguro con esta receta. Bien se puede preparar por la tarde con un café y la conversación será aun mejor!

Escrito por Luis González en su blog COCINA COSTARRICENSE

lunes, 2 de noviembre de 2009

pan de especias

En Costa Rica se denomina con el término “olores” al conjunto de especias naturales como lo son la cebolla, chile dulce (pimiento), apio, ajos, culantro, perejil, y el grupo de hierbas aromáticas para usar en la cocina(p.ej: orégano, tomillo). Así es común leer recetas con indicaciones de poner agua con olores para cocinar una carne o preparar una sopa. Adobar carnes con olores ó hacer picadillos de verduras con todos los “olores” que quiera o tenga.

Si bien el resultado de la receta estará llena de sabores, también quedará el sello de los “olores” colocados en la misma. Una de las recetas que sí arrastra bien este nombre es el típico pan de olores, que en otras latitudes le llamarían “pan de especias”.
Es un pan bien apetecido en la cocina tica, por su sabor y la facilidad de su preparación. Para obtener unos 30 pancitos de regular tamaño debe cernir 2 tazas de harina, 1 cucharadita de sal, 1 cucharadita de royal (polvo de hornear) y ½ cucharadita de bicarbonato.
Luego se le incorpora 1 barra de margarina (125 gramos), ¼ de taza de queso tierno rallado, un poquito de comino en polvo, y los olores picados. Es decir, 1 cebolla, 1 chile dulce, apio y culantro bien picadito. Todo se va mezclando con un estribo o tenedores, luego se trabaja con las manos enharinadas, para forma una sola pasta y formar bolitas o los bollitos.

Estos se pasan a una base engrasada y enharinada, se hornea a 300° por unos 30 minutos o cuando tomen el color deseado (depende de la calidad del horno). Al retirar del horno se deben dejar enfriar sobre una rejilla antes de consumir.


Se pueden conservar en envases de plástico cerrados con igual textura por los 3 primeros días. Estoy seguro que no se tendrá que llegar a conservar tantos días, pues su sabor hace que los mismos se acaben en las primeras horas.