viernes, 30 de noviembre de 2012

sopa de albóndigas en cocina de leña


Quizá el gusto que le tengo a cocinar, más allá del sabor final o las presentaciones de los platos, sea más bien ver el esfuerzo que se hace, la combinación de ingredientes, el admirar la técnica simple para convertirse en un plato servido.
Y es que el “campo” me jala. Siempre me he identificado con las casas rurales, las típicas de Costa Rica, esas construidas con bareque, con barro, en rústica madera, con piso de tierra, pero que por más humildes, siempre tienen un aire acogedor. La banca en la entrada, una carreta cerca y el fogón con cocina de leña.
Siempre se ha considerado que la comida hecha en leña sabe mejor. Que el mismo humo que se genera aporta la esencia de sus sabores. Cierto es que no es el método más rápido, cómodo o fácil. Conseguir leña seca, encender el fuego, controlar temperaturas, utensilios adecuados, atizar entre carbones y madera, pero sí que es cierto que es toda una dinámica, que a nivel familiar la convierten en un acontecer de admirar.

Hace rato me venía con las ganas de tener mi “negrita” como se le dice a las cocinas de hierro y bueno, ya concreté su compra, le puse la chimenea y me llegó la hora de estrenarla. Válgame Dios, si hasta horno tiene, pero como apenas iniciaba a probarla, me fui pensando desde el principio en una “receta con agua”… un caldo, algo con lo que pueda empezar esta aventura, que quiero no se me quede como una artesanía de adorno, sino sacarle provecho.
A prender el fogón. Un rato de zozobra, pero logro encender el fuego. La cocina tiene 4 quemadores, así que a uno me voy por poner el agua y unos elotes y en la otra una olla para intentar sacar una sopa de albóndigas. Que si no tienen cocina de leña, pues encienda la suya eléctrica y sáquese las ganas para estos días fríos.
 En la olla de la sopa a 2 litros de agua, la bendije con una rama de apio entera, 1 cebolla partida en mitades y 1 chile dulce, ramita de tomillo fresco y la tape para que empezara a soltar sabor. Mientras pelé 2 zanahorias, 2 chayotes tiernos y 2 papas. Los partí en tiritas y los fui a dejar al caldo y le puse una cucharada de sal. A seguir cuidando que la leña se quema una más pronto que otra, que hay que estarla empujando para que los 2 quemadores tengan fuego y que las cenizas estén llegando abajo. El humo no era tal como lo esperaba, veía el cucurucho de la chimenea, como esperando ver salir el humo en El Vaticano. No era un anuncio Papal lo que esperaba, pero tenía que vigilar que saliera correctamente, que no se cayera, que el vecino no llamara a los bomberos, que la cocina funcionara y lograr terminar con una sopa o al menos agua caliente con sabor a algo.
La carne molida, desde la víspera estaba en el refrigerador. Le aderecé con hierbas secas, orégano, tomillo, un par de ajos majados, comino molido y un par de cucharadas con salsa tipo inglesa.  Ahora mientras se cocinaban las verduras, pues  sacar la carne de la refri, un poquitín de sal, 2 huevos y un poquito de harina de maíz para que me ayude a compactar. La carne está fría y se enfrían mis dedos. Pero soy de los que le gusta meter la mano en la cocina. Se manipula mejor y la buena vibra termina por arreglar lo que se hace.
Me voy formando las bolitas de carne y siga espiando el fuego, ya las verduritas están como al dente y entonces como en un gran lago, dejo sentar cada albóndiga. Su fría temperatura de inmediato baja el calor al caldo. Pero no la tapo. Así se quedan, como pensando dentro de la olla que “hago aquí?”. Creo que me funcionó este asunto de la carne fría. Cada albondiguita se fue cocinando como en cámara lenta y dejó que el caldo siguiera transparente. Una pieza más de madera para terminar de cocinar, el caldo vuelve a hervir y sello su color con unos quelites de chayote partidos manualmente.

Los elotes! Sí, en la otra olla ellos daban vuelta solos en su propio lago y estaban más que en su punto. El tener un blog y querer dejar en evidencia lo que uno hace, implica que si ya está la comida AUN NO TE LAS PUEDES COMER! La cámara, el plato, una mesita, buscar la sombra y que el sol no le dé directo al caldo, son unos minutos que uno siente los aromas, que el olfato más que estimulado le grita al paladar que ya es tiempo y el trabajo se haga de prisa.
El plato servido, la foto lista y mi premio, saborear la sopa! Como admiro y se acrecienta mi respeto a la gente que aún sigue cocinando con leña, de levantarse a prender fogones, que del agua para el café del desayuno, volver a prender para sacar el almuerzo y si hay que calentar de noche, otra atizada de fuego. Benditos sean!  Casi al final recordé que la cocina tenía horno, en una última carrera pelé 2 plátanos maduros, los bañe con el jugo de una mandarina que deambulaba en el refrigerador, una bañadita de azúcar moreno y hasta postre saque este día.  Otro día será otra receta… otra receta, vendrá otro día!

jueves, 29 de noviembre de 2012

queque de arroz


Esta es una opción para hacer un pastel, torta, o queque para estos días de Navidad y fin de año. Es sencillo en su preparación, pero con ingredientes especiales que lo asemejan a otras recetas, pero al mismo tiempo lo hace único. Es de esas recetas  donde necesitas ir gastando ese montón de poquitillos en la alacena y aprovechar los recursos. Hacés una combinación experimental y al final resulta una buena idea.

Se te va a parecer a un pan de banano; es con intención inmediata para celiacos pues tiene harina sin gluten y respira un aire navideño con la inclusión de las frutas, cremas y el licor. En estos días buscando otra cosa en el Automercado, me encontré con la crema para acompañar el café, no en polvo, sino líquida, de la marca Baileys (del licor del mismo nombre) y como la encontré bastante dulce para el café la conservé y terminó también en esta receta en sustitución de la leche común. 
 Así entonces utilicé como ingredientes 1 paquete de harina de arroz de 500 gramos (3 tazas), 5 bananos pequeños maduros, 1 taza de crema líquida para café, ½ taza de licor de café, 2 barra de mantequilla (120 gr c/u), 4 huevos, 1 pizca de sal, 3 cucharaditas de polvo de hornear, 2 cucharadas de cacao en polvo, 1 y ½ taza de azúcar, ½ taza de arándanos y ½ taza de fruta seca picada, vainilla, canela, clavo de olor al gusto. 
Primero se hace un puré con los bananos, se le añade el licor de café, arándanos, frutas y especias. Luego cernir los ingredientes secos. En la batidora se mezcla la mantequilla con el azúcar, cuando está bien cremosa se van agregando los huevos uno a la vez. Seguido se van poniendo  cucharadas de ingredientes secos, alternando con la crema líquida y el puré de banano.

Se vierte la mezcla en un molde engrasado y enharinado y se lleva al horno precalentado a temperatura media, por 1 hora hasta que dore y esté firme al centro. Se saca del horno y se deja refrescar antes de desmoldar.

Decórelo suavemente. Yo apenas le di un rocío con azúcar blanca y le puse anís estrella.
Al servir cada porción se puede ofrecer la alternativa de bañar con un poquito de licor de café si gusta. Nota: puede omitir los ingredientes líquidos solo por leche (soya o común) que bien le funcionará.

lunes, 26 de noviembre de 2012

budín de pan dulce


Una suave opción para postre o acompañar el café. Siguiendo la receta típica del budín pero con pan dulce y el uso de crema Baileys, fácil y rico.

Requiere de 1 bollo de pan dulce, tipo casero, simple con fruta picada o semillas, 1 litro de agua, 1 lata de leche condensada (320 gr), ½ taza de baileys , 4 huevos, pasas y frutas secas picadas (1/2 taza de cada uno).
Se pone a fuego medio el agua con la leche condensada y ½ taza de licor baileys, dejamos calentar y antes de que hierva se le añade el pan dulce partido en trozos, retiramos del fuego y dejamos remojar el pan ahí. (Otra opción sería 1 litro de leche con 1 taza de azúcar, el baileys se puede omitir, pero sí que le da su saborcito).
Para esta receta es recomendable un molde tipo chimenea, con orificio al centro, para hacer un caramelo se le ponen unas 4 cucharadas de azúcar blanca directamente en el molde y se pone a cocinar para que tome el color dorado en forma pareja y se retira del fuego.
Aparte batimos ligeramente los huevos y lo mezclamos a mano con la mezcla del pan, así como los frutos secos. Esto se sobrepone al caramelo. El molde se pone en “baño María” (sobre otro molde más grande con agua). Se hornea a temperatura media por 45 minutos. Sacamos con cuidado, pues molde y agua están calientes, eliminamos la bandeja de agua y terminamos de cocinar por 15 minutos más solo el molde del budín. Probamos que el centro esté cocinado con palillo de madera.
Una vez listo, lo dejamos en el mismo molde a que entibie o esté frío y lo pasamos así mismo a refrigeración por unas 2 horas a que se ponga bien frío. Le pasamos un cuchillo o espátula suavemente por las orillas y centro del molde y volcamos sobre un plato amplio, pues el caramelo baja tipo almíbar. 
Se puede decorar con coco rallado, más frutas secas o le das el toque navideño con uvas o como más te guste. 

jueves, 22 de noviembre de 2012

picadillo rabo de res

Yo sé que no a todo el mundo le gusta la carne, o ciertos cortes y menos si son vísceras! Pero muchos otros saboreamos de sus diferentes variedades, creo que es un sentir en toda Latinoamérica al menos.

En cuanto a carnes, el rabo (o cola) creo que tiene un sabor particular y muy bueno. Y si se prepara adecuadamente, la textura se disfruta más. Cierto que tiene la parte gelatinosa, que nos decían que comerla era bueno para las uñas y para poner los huesos fuertes. Más allá de sus ventajas, nos inclinamos por su sabor.
El rabo es un más que todo usado en caldos, en la tradicional "olla de carne" servida con toda variedad de verduras. Pero una vez cocinado, también podemos saborearlo en este sencillo picadillo.

Primero se debe lavar muy bien el rabo de res, (entre más delgado hay mayor garantía que no tenga tanta grasa) se le pasa jugo de limón ácido y se frota con sal, se enjuaga nuevamente y se pone a cocinar en agua, sal, condimento, especias vegetales como cebolla, chile, apio, hojas de culantro de coyote, tomillo, orégano. Yo prefiero usar la olla de presión y tomo el tiempo una vez que inicia el sonido de la válvula, por unos 45 minutos.  Añado al mismo tiempo en este caldo 2 plátanos verdes pelados.

Mientras también se pone a cocinar unas 4 papas enteras en agua y sal (podría ser yuca si es de su elección), se cocina aparte pues son verduras más suaves. Cuando estén listas, se pican en trocitos.
La carne se desprende de los huesos y se pica. El plátano se pasa por la parte gruesa del rallador.
En una olla con aceite, se sofríe 1 cebolla picada, tallo de apio, chile dulce, 1 cucharada de achiote y se añade la carne. Mezclamos bien y luego se integran las verduras. Rectificamos sabor con un poquito más de condimento o consomé, cucharada de salsa tipo inglesa y dejamos unos pocos minutos a tomar sabor y temperatura, pero no recocinar. Si le gustan los picadillos algo más húmedos, puede añadir cucharadas del caldo donde se cocinó la carne.
Antes de finalizar, añádale un poco de culantro fresco picado y listo. Se puede servir con tortillas o usar como plato principal con arroz y ensalada.

viernes, 16 de noviembre de 2012

tacos de lengua

Es tan rico y tan curioso el idioma español, cuando un mismo término se aplica de diferentes formas. E incluso hasta puede significar completamente diferente entre regiones o países y darse una connotación particular según sea el asunto.
Gastronómicamente hablando el término “taco” remite de inmediato al bocadillo mexicano, que se sirve en una tortilla con aderezos o sin ellos, y de variados ingredientes. Esta presentación en Costa Rica vienen a ser nuestros “gallos” y por lo general se sirven picadillos, carnes. Lo que en nuestro país lo que es un “taco” es la tortilla rellena de carne, arrollada en forma cilíndrica y frita, servida luego con repollo y salsas.
Ahora bien, entre los vocablos cotidianos también usamos “taco” como susto o temor, así vamos a ver una película y “que taco nos dio”!  También se usa según su momento para darse importancia, disfrutar del momento, así alguien se puede dar el taco de tomarse la foto al lado de un artista! En otros momentos se emplea para estar “taco a taco” como tal para cual o mano a mano en un juego. Y los zapatos con los que se juega fútbol son los tacos!
Volviendo a la comida, de nuestro pueblo, de nuestra historia y las familias humildes que siempre están prestas a ofrecer o convidar sus pocos alimentos, se ofrece una pequeña porción como un “gallito” o bien minimizamos lo servido para decir que aquello es como un “taco de muela” (la calza que queda de comida entre nuestras piezas molares).  Pero bien, la receta que aquí les comparto tiene su origen en México con su nombre de taco y servido en tortillas con la cebolla y chile crudos como es típico ahí, pero que vendría siendo unos gallos de lengua por aquí. 
Armar el plato es simple a partir de tener los ingredientes listos. La lengua de res es la que lleva su tiempo, pero es la estrella del plato. Empezamos lavándola con agua, se frota con limón ácido y sal y se vuelve a enjuagar. Se pone a cocinar en olla de presión solo con agua y 2 dientes de ajo, por 25 minutos contados a partir del sonido de la válvula, se escurre y se elimina la capa externa. Partimos en tajadas y se pone de nuevo a cocinar, esta vez agregamos hierbas, especias vegetales, sal y condimento al gusto. Cocinamos por 30 minutos igual en olla de presión. Sacamos del caldo y partidos en forma de fajitas. 

Calentamos tortillas y se sirven unas 3 o 4 fajitas de lengua encima, añadimos cebolla y chile dulce crudo, culantro y jugo de limón. Opcionalmente se puede añadir pizca de sal o tabasco, restar o sumar ingredientes al gusto.  
Como en muchos platos, las opciones o gustos personales se ofrecen como alternativas. Así que puede freírse sobre un sartén o plancha las fajitas de lengua, previo a ser servidas. Tampoco es requisito indispensable que la carne esté caliente. Puede servirse como tacos de lengua fría o temperatura ambiente. Cosa de gustos. 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

pastel berenjena en leche

Me he inclinado últimamente en la versatilidad y punto atractivo que tiene la berenjena. Después de superar el manejo del “toque amargo” que eventualmente podría generar por sí misma este colorido vegetal y experimentar que es tan fácil su preparación, sumado a que deja una buena presentación del plato y su importancia nutricional, viene una vez más a mi mesa.

Me encontré esta receta con el nombre de “pastel de berenjena y queso” que lleva tomate frito originalmente y leyendo la misma y al llevarla a la práctica algo adaptada justo por sustituir el tomate de esta forma, he considerado oportuno re-bautizarla como berenjena en leche.  
Así que requiere de 2 berenjenas, de buen brillo, firmes, harina suficiente para rebozar, aceite de oliva, 1 o 2 tazas de salsa de tomate preparada (tipo ranchero, yo usé “chunky término medio” que pica un toquecito), 2 tazas de queso para derretir, 3 huevos, 2 tazas de leche separadas, pizca de sal, 1 cucharada de mantequilla.
Empezamos con partir las berenjenas a rodajas (sin pelar) y las ponemos en remojo con 1 taza de leche durante 30 minutos. Escurrimos bien, pasamos por harina y doramos en una sartén con aceite.
Después se barniza una bandeja de horno con la mantequilla (o aceite) y se pone una capa de berenjenas, una capa fina de salsa de tomate y otra capa de queso. Repetimos las capas a terminar con el queso.

Aparte se baten los huevos con la otra taza de leche, sal y pimienta y lo incorporamos al pastel y se mueve suavemente con un tenedor, para que este líquido se esparza bien hacia el centro. Se lleva al horno precalentada por unos 25 minutos a 180º C. Se retira y dejamos refrescar sobre una rejilla.
Se sirve caliente en trozos por porción y se puede acompañar de un arroz fresco.

Opcionalmente podría ofrecerse a temperatura ambiente con una ensalada o sola como una entrada.

viernes, 9 de noviembre de 2012

sopa de berenjena

Es tan interesante la historia y propiedades de la berenjena como su mismo aspecto físico. Para mí es uno de los frutos vegetales más exóticos en su forma, color y brillo. Su textura y sabor sorprende en sus diferentes opciones para prepararla.

Originaria de la India y luego extendida su producción en muchas otras zonas, incluyendo Costa Rica, tenía mala reputación al inicio de la historia, pues se creyó que producía locura, entonces se le conocía como “manzana loca o manzana de la ira”. Luego se estudió más a fondo y se descubre que es útil para el sistema circulatorio, bajar el colesterol, ayuda contra la aterosclerosis, combate las células cancerígenas y muchas otras razones nutricionales y médicas. Lo que pasa es que tiene alcaloides (solanina), que al consumirse cruda si puede afectar la salud, siendo recomendable consumirla siempre cocinada.
Creo que sí hay algo de locura con tan simpático fruto! Tanto beneficio y variedad de recetas, con resultados tan sabrosos como la sopa que hoy les comparto, te alteran las ideas y las ganas de volver a probarla una y otra vez!

Esta receta se hace a partir de la berenjena rostizada (al horno), la adapté de la que nos comparte Mariana en su blog FOOD JUNKY, donde ella nos la presenta en esta ENTRADA con escalopines y crutones de pan de nueces o linaza; siendo que yo le puse unas verduritas y usé tostaditas de pan, pero la esencia es la misma y es para recomendar servir de entrada, o bien cuando el plato fuerte sean carnes, pues tiene propiedades desengrasantes.  
 Requiere 2 berenjenas medianas, firmes y con buen brillo, que no estén golpeadas, 4 tazas de caldo de pollo o de vegetales, 2 papas pequeñas, 1 zanahoria pequeña y 3 vainicas tiernas, 1 pechuga de pollo, 2 ajos, 1 cebolla, sal, 1 limón ácido. Puede omitirse el pollo y hacerla solo de vegetales.
 Parta las berenjenas en mitades a lo largo, haga unas pequeñas incisiones en la parte expuesta y barnícelas con aceite. Póngalas en una bandeja y lleve al horno por unos 30 minutos hasta que suavicen y la cáscara se arrugue.
Mientras ponga en una olla a cocinar el pollo 4 tazas de agua, sal, ajos y cebolla. Cuando esté listo el pollo, retírelo del caldo y añada ahí las verduritas partidas en trocitos a fuego medio. Desmenuce la carne y reserve.
Al estar listas las berenjenas se retiran con cuidado del horno y se extrae con una cuchara la pulpa que ha de estar suave y se eliminan las cáscaras. Se licua la mitad de la pulpa con 1 taza del caldo y se integra de nuevo a la olla. La otra parte de la pulpa se puede majar con tenedor y también se añade al caldo. Se deja calentar solamente a integrar sabores.
Para servir, se vierte una porción del caldo en cada taza; Yo les recomiendo saborear este caldo así sencillo porque tiene un sabor muy especial; para luego que cada quién le añada un poquito del pollo desmenuzado y jugo de limón. Se acompaña con crutones o tostaditas de pan.

Una Locura de Sopa!

miércoles, 7 de noviembre de 2012

atol de maicena


Los atoles se hacen con leche y vitamaíz o con avena o hasta pulpa de frutas. Pero el atol de maicena (fécula de maíz) sigue siendo mi favorito. (El "atol" también se le conoce como "manjar" o "natilla" en otros países)

Como postre caliente lo sigo disfrutando. Opcionalmente esta preparación puede usarse sobre una base de galletas molidas y dejar enfriar; se puede usar como relleno de pastelería, o saborearlo con plátanos maduros, combinándolo con lo que nuestro antojo nos dicte y tan facilito que es hacerlo.

Se requiere 1 litro de leche, 2/3 taza de azúcar, 1 pizca de sal, 1 astilla de canela, 1 cucharada de vainilla, 5 yemas de huevo, 30 gramos de maicena, opcionalmente pasas, canela en polvo.

En una olla que no pegue, ponga ¾ del litro de leche con la canela, el azúcar, la sal y las yemas ligeramente batidas. En el resto de la leche disuelva la maicena y reserve.

Mueva en todo momento la leche con una cuchara de madera y cuando haga el primer hervor añada las pasas y la vainilla y a chorrito fino le pone la leche que contiene la maicena. Siga moviendo hasta que espese y retire de inmediato del fuego. Sirva en tazas individuales o cambie a un solo recipiente y disfrútelo a su gusto.

martes, 6 de noviembre de 2012

bizcocho de natilla y queso

El bizcocho es la preparación de masa de maíz, aliñada con sal y queso que tradicionalmente se cocina horneado sobre hojas de plátano, en hornos de barro. La presentación tradicional es en forma de empanada (medias lunas), sobre todo cuando se rellena de más queso, o bien se dejan caer cucharadas de la mezcla, tomando una forma redonda, pero no perfecta.

Bizcocho también se le indica a las rosquillas crujientes, duras y tostadas, saladas y que ofrecen mucho la industria en pequeños empaques. Parece que el origen de nuestro “bizcocho” obedece a la necesidad de los colonos al sustituir el pan de harina de trigo, por el maíz, ingrediente presente de la agricultura indígena en nuestra historia.
 
Previamente les había compartido (EN ESTA ENTRADA) del bizcocho en horno de barro y del bizcocho tradicional (VER AQUÍ), e incluso puede prepararse con polenta amarilla (sin gluten AQUI). Les comparto hoy esta opción muy sencilla, pero resaltando los ingredientes de queso y natilla (crema- crema ácida- sour cream).

Requiere de 500 gramos de masa de maíz molida (que venden en los molinos), 60 gramos de mantequilla, 1 cucharadita de sal, 1 taza de natilla (de preferencia la más espesa), ½ taza de leche agria y 2 tazas de queso maduro rallado.

Mezclar la masa con la mantequilla derretida, agregar la sal, natilla y leche agria. Incorpore solo 1 ½ tazas de queso maduro a la mezcla. La consistencia de la masa debe ser suave, pero lo suficientemente manejable o consistente. Puede corregir con un poquito más de masa (o usar masa en polvo).
Se vierte todo en un molde que tenga una base de hojas de plátano soasadas. En mi caso usé un molde redondo. Aquí se cubre con la ½ taza de queso restante y se lleva al horno a temperatura media alta (350°F), por unos 40 minutos, hasta dorar. El queso al ser maduro, no se gratina, sino que se dora.

Se retira del horno y se deja refrescar un poquito, para entonces partir. Dado que el molde que usé era redondo, creí conveniente partirlo en triángulos. Puede hacer en forma de rombos o cuadros.
  
Es una de las recetas tradicionales que en Costa Rica se disfruta más con un café recién preparado.

domingo, 4 de noviembre de 2012

budin de papa


El tradicional “budín” que se come en Costa Rica, es la receta que se prepara aprovechando el pan añejo, mezclado con leche, huevos y azúcar.  Se va personalizando a usar leche condensada, evaporada, añadir ingredientes adicionales como coco, pasas, licor, esencias, mermelada y más recientemente mezclando con puré de ayote o banano por ejemplo.

El budín es un perfecto acompañamiento para el tiempo de café, como postre o para golosear y se disfruta justamente por la textura suave y esponjosa pero consistente. Así, manteniendo este principio, es como se le da también el nombre de budín a esta receta que les comparto, pero sustituyendo por completo el pan, por puré de papa (patata).

Vean que fácil, requiere de unas 8 papas peladas, cocinadas solo en agua y pizca de sal y convertidas en puré (2 tazas aproximadamente), 2 cucharadas de mantequilla (o margarina), 1 taza de azúcar,  ½ taza de harina, ¼ de taza de pasas, 1 cucharadita de vainilla, de canela, de  bicarbonato y de polvo de hornear; 1 taza de leche* y 3 huevos enteros 
  Precaliente el horno y prepare un molde engrasado y enharinado. Integre la mantequilla con el puré de papas. Los ingredientes secos se mezclan todos juntos y los adiciona en cucharadas al puré alternado con la leche* y de último agregue los huevos apenas medio batidos.

(*quizás no requiera la taza completa de leche, no debe quedar muy líquido, depende la consistencia del puré*)
Vierta la mezcla al molde y hornee a temperatura media (350) por unos 45 minutos, cuando esté dorado y firme al centro. Saque del horno y deje enfriar para desmoldar.

Parta en trocitos y disfrute. Esta es una de las recetas que tiene mejor gusto un día después, así que le recomiendo guardar un pedacito para que haga la prueba. 

jueves, 1 de noviembre de 2012

picadillo de papa

La papa es uno de los productos más relevantes en la cocina de Costa Rica. Aunque es originaria de América del Sur, también se cultiva en varios países y aquí las zonas de Cartago y San Carlos (Alajuela), en sus variedades "granola" y "floresta".

La versatilidad de este ingrediente y las miles de recetas que se generan con ella, la hacen estar siempre en nuestras mesas, desde la papa frita, purés, pasteles, repostería y hasta en harinas. Una de las clásicas recetas de nuestro recetario son los picadillos, literalmente la papa picada, desde la forma más simple hasta combinarla con otras verduras o carnes. Aquí les comparto tres formas diferentes de hacer el picadillo de papa.  
Picadillo papa y chorizo


También puede usar también carne molida (res ave soya), la idea es que sea molida y hacerla de esta manera.
Cocine las papas enteras con cáscara en agua y sal por unos 15 o 20 minutos. Escurra, deje enfriar, elimine cáscara y parta en cuadritos.
Aparte sofría chorizo (o la carne), pero muy poca cantidad, la idea es que se luzca la papa, cuando esté bien suelto, añada cebolla, chile, deje cristalizar y agregue la papa. Mezcle y condimente al gusto. Mueva en todo momento y termine con un tantito de culantro picado. Listo! 

Picadillo Papa y pollo

Esta es otra forma del picadillo de papa. Lave bien las papas, pélelas y parta en trocitos pequeños. En una olla sofría cebolla, chile dulce, achiote y deje cristalizar. Añada las papas y solo unas cucharadas de agua. Tape y mantenga a fuego medio para que se vayan cocinando las papas, mueva periódicamente y cada vez que se van secando, le añade chorritos de agua. Cuando ya estén suaves, añada el pollo ya cocinado y desmenuzado. Condimente al gusto y deje unos minutos más tapado.
De esta misma manera puede hacerse totalmente a pura papa o añadir en lugar de la carne, otras verduritas ya hervidas y picadas.

Picadillo papa y carne

Cocine carne de res con especias, hierbas y condimento al gusto. Deje enfriar y píquela. Reserve el caldo. La carne puede ser posta o para deshilachar.

Cocine las papas enteras, sin cáscara, con mitad agua y mitad caldo de la carne hasta cubrirlas. Deje medio tapada mientras se suavizan, pero que terminen firmes. Escurra, deje enfriar un poco y parta en trozos grandes.

Cristalice cebolla, ajos y chile dulce con aceite y achiote, en este caso yo usé el achiote que viene con sabor a culantro ajo y cebolla, pero puede ser el tradicional; añada la carne y unas cucharadas de caldo, para que se mezcle con las especias, pero que esté húmeda. Añada salsa tipo inglesa, culantro y apio picado fino y finalmente las papas. Mueva a apenas para integrar y listo.