martes, 31 de mayo de 2011

gatos de panadería


Entre el vocablo costarricense, referirse al término "gato" es indicativo de puma o tigre; también al gatillo o percutor de las armas de fuego; se le concede también a la persona vieja (mayor) que pretende tener relaciones amorosas con otras más jóvenes. Hacerse el "gato" es como adueñarse o apoderarse de objetos y no querer devolverlas, o cuando una persona se difiende enérgicamente, se dice que se defendió como un todo un gato o gatazo!.
Ser un gato es ser o tener gran habilidad en un oficio o deporte. Y también le decimos "gatos" a las personas que tienen los ojos color claro (verdes o celestes). No obstante, entre el repertorio de tosteles, panes o productos de las panaderías, encontramos una llamada GATOS.

Esos mismos que nosotros compramos en las pulperías camino a la escuela o bien recién hechos en las mismas panaderías. No sé cual la razón de su nombre, pero si les puedo compartir su receta, que es muy similar al pan batido, solo que con jalea y azúcar y que bien se puede hacer en casa.

Requiere como ingredientes para la pasta 4 huevos, ½ taza de azúcar, ½ cucharadita de vainilla, 1 taza de harina, ½ cucharadita de polvo de hornear, pizca de sal y ½ barra de mantequilla o margarina derretida. Adicionalmente 1 taza de jalea o mermelada de guayaba o fresa y azúcar para rociar.

Empezar batiendo las claras a punto de nieve compacta, añadir una a una las yemas, luego el azúcar y la vainilla. Batir lo suficiente para integrar bien los ingredientes. Aparte mezclar la harina con el polvo de hornear y pizca de sal. Incorporar a los huevos batidos alternando con la mantequilla. Pasar a un molde rectangular alto, engrasado y enharinado y llevar al horno por 35 min a 350º F o 180º C. (haciendo la prueba del cuchillo o palillo de madera). Volcar y dejar enfriar. Cuando está fría la pasta, se parte con un cuchillo (tipo sierra) por la mitad a lo ancho.


Se calienta entonces la jalea en el microondas por un minuto para que se diluya y se esparce una parte sobre la primera base de pasta. Se sobrepone la otra parte; se termina de esparcir la jalea y se rocía con azúcar y se parte en cuadros o rectángulos a su gusto. Listo para disfrutar en las meriendas escolares o para un buen cafecito por la tarde. Ahora sí … a maullar !!!
  

viernes, 27 de mayo de 2011

arroz con chorizo

Los viernes son la antesala del esperado fin de semana. Para muchos es una buena opción salir a comer fuera. Otros puede ser que prefieran estar en casa, comer casero pero sin mucha complicación. Este Arroz con chorizo es una de mis opciones para comer bien y lo mejor se alista muy rápido (4 porciones).

El requisito es tener arroz blanco ya hecho (añejo – 3 tazas), luego pasar por la carnicería y comprar chorizo (300 grs) - fresco es mejor!, ocupa solamente 1 zanahoria, 1 ramita de apio y 2 huevos. Primero en una sartén a medio fuego ponga a cocinar el chorizo (sin el envoltorio), que se vaya friendo, al tiempo que lo desmenuza. Una vez doradito lo aparta y escurre la grasa (ésta no se va a ocupar, pero se puede reutilizar luego para arreglar unos frijoles o añadir a la masa de unas tortillas!).

En el mismo sartén cocine los 2 huevos sin añadir sal, simplemente picados o revueltos. Aparte.

El sartén va a mantener un mínimo de grasa, así que ahí mismo ponga la zanahoria pelada y rallada y el apio bien picado a cristalizar. Añada de nuevo el chorizo y combine bien. Luego agregue el arroz añejo (a temperatura ambiente), deje que tome la temperatura y sabor de los otros ingredientes. Si el chorizo es de buena calidad no hará falta añadir ni sal ni condimentos, pero si lo prefiere en este momento puede añadir su toque especial con pimienta, comino, una cucharadita de salsa inglesa o de soya) y finalmente agregue los huevos cocinados. Mezcle y sirva de una vez.


Sirva con un tomate y un aguacate y ya tiene una cena rica y preparada en menos de 30 minutos. Feliz Viernes.  


Les presento mi Aguacatera, un estuche para guardar aguacates partidos o pequeños!

miércoles, 25 de mayo de 2011

atol de garbanzos


Hace unas décadas atrás, se dio el programa ALIANZA PARA EL PROGRESO, que consistió en una ayuda económica y social de Estados Unidos para América Latina, efectuado entre los años 1960 y 1970’s, propuesta oficial del presidente John F. Kennedy, en cooperación con organismos internacionales.

En Costa Rica se estableció dicho programa mediante la  Ley 3011.18-Jul-1962. Si bien se enfocaba a asuntos de mejoría agrícola, se dieron actividades paralelas, como la edición de textos de lectura para la enseñanza primaria y la distribución de alimentos y medicinas.  Este programa siguió repercutiendo en la década de los años setenta, cuando yo hacía la primaria. Los libros era bien ilustrados, con lecturas muy amenas y buenos contenidos.

Pero algo que nos impactó más, fue la apertura de los comedores escolares, donde se nos daba gratuitamente una merienda y en el mejor de los casos hasta el almuerzo. Ahora es una anécdota, pero entonces a media mañana, ibamos al comedor y nos daban un refresco, que era hecho a base un polvo o concentrado, como la harina amarilla, (facilitado por este mismo programa), que lo cocinaban en grandes ollas y luego nos tocaba un vaso a cada alumno.

Quizá era nutritivo, pero su sabor no era muy agradable (insípido) y la textura (pastosa y con grumos) no animaba mucho, pero al fin y al cabo nos lo tomamos y así crecimos. Esto se los cuento, pues la receta que les comparto hoy, es como la versión super mejorada de esa fórmula.

El atol de garbanzos más que una bebida, es considerado como medicina natural. Una de las principales características de esta leguminosa es su elevada riqueza en lecitina, la cual controla los niveles de colesterol, también por su contenido de colina, son favorables para el hígado ya que ayuda a evitar enfermedades.

Las abuelas recetaban este atol para controlar la tos y para el pecho congestionado. Parece ser incluso que sirve a la gente que tiene que hablar mucho (o cantar) como un sedante o tranquilizante de la garganta. Es recomendado para convalecencias, para personas que realizan deportes o con desgaste físico, es importante es indicar que su digestibilidad aumenta si se los convierte en puré, procesados o como este atolito.

Si tiene problemas con el colesterol, se recomienda poner 10 granos de garbanzos en un vaso de agua durante un 1 día. Comérselos en ayunas masticándolos bien,  luego tragárselos con la ayuda de un vaso de leche de soya tibia y listo. Y si es una mujer en lactancia, que requiere de hacer más leche materna, es bueno tostar unos 200 gr de garbanzos en un sartén, (apenas a cambiar de color) y luego procesarlos o molerlos; poner a calentar ½ litro de leche y añadir 1 cucharada de chocolate dulce, cuando hierve agregar los garbanzos; dejar espesar y santo remedio.

Estos días de lluvia por las tardes nos invita a disfrutar de algo caliente. Esta es la versión rápida de este tradicional atol. Ingredientes: 300 gramos de garbanzos cocinados y escurridos (de lata es aún más rápido), 2 vasos de leche,  ½ taza de azúcar, 1 cucharadita de vainilla.

Licue garbanzos, leche y azúcar. Ponga esto en una olla a fuego medio y muévalo constantemente con cuchara de madera para que no se pegue. Cuando empieza a espesar le añade el chorrito de vainilla y listo. (si lo desea algo más espeso le puede agregar 1 cucharada de maicena disuelta en ¼ de taza de agua).


Tibio es una delicia y si lo deja enfriar en refrigeración se convertirá en un rico postre. Como detalle personal  dejé unos garbanzos para decorar, que igual se los puede comer.  Haga la prueba y cántele a la vida!


lunes, 23 de mayo de 2011

pan batido

El pan batido es la receta saca apuros, el también llamado pan de minuto, o para el antojo de la tarde para acompañar un café o su bebida favorita. Es la clásica receta que se prepara cuando se reciben visitas y quieres compartir algo casero, fácil y sabroso.

Esta receta la había publicado hace unos días en mi página de facebook, donde sorpresivamente más de 90 personas señalaron “me gusta” y más de 30 dejaron su comentario.  Y de lo reconfortante de publicar, es muy grato ver que te cuenten la experiencia de llevar a la práctica. Un par de seguidoras así lo hicieron y dejaron la fotografía de su resultado y es la que ilustra esta entrada.

La receta es tan sencilla que solo se requiere 1 taza de azúcar, 125 gr de margarina (1 barra), 2 huevos, 1 taza y media de harina, 3 cucharaditas de polvo de hornear, 1 taza de leche, 1/2 cucharadita de vainilla y pizca de sal. 

Se bate  la margarina con el azúcar hasta que tome un color amarillento (cremar). Luego se agregan los huevos uno a uno y se continua batiendo. Combine la harina con el polvo de hornear aparte e incorpore a la mezcla, alternando con la leche.

Por último, añada la vainilla y deposite la mezcla en un molde engrasado y enharinado. Puede ser un molde pequeño pero alto, de unos 22 cm de lado.

Se pone en horno precalentado a 350 grados Fahrenheit y hornee por 30 minutos o hasta que al introducir un cuchillo en el pan este salga limpio. Se deja entibiar o enfriar, saque del molde y parta en tajadas.
Pamela Ruiz Fallas duplicó las cantidades y lo horneó en un molde más grande.(fotografía superior)
Por su parte Luisa Castro Cascante decidió más bien colocar porciones en moldes individuales, sustituyendo la margarina por mantequilla sin sal y le puso azúcar morena. El resultado invita también a probarlo.
 Son ingredientes que por lo general están en nuestra alacena, por lo cual, les invito también llevarlo a la práctica y saborear de este fácil y rico pan. Gracias a Pamela y Luisa por su aporte. 

sábado, 21 de mayo de 2011

arroz con mango


Si hay algo que caracteriza el lenguaje popular, es encontrar palabras o frases que se ajustan a una y mil situaciones. Esto parece ser un fenómeno en toda Latinoamérica. Estoy seguro que muchos hemos escuchado y aplicado la frase “arroz con mango”, cuando queremos expresar un enredo o asociación de cosas, elementos o ingredientes de forma atípica e insólita.

Los psiquiatras lo llaman comportamiento esquizoide, o alteraciones de la conducta; los politólogos lo aplican en sus discursos y forma de sobrestimar los ingresos del Estado, los mercadólogos lo entienden como la incapacidad de formular o aplicar de manera sostenida estrategias exitosas y estadísticamente se refleja en las encuestas, con supuestas evidencias, revelaciones, desconectadas de la realidad.

Pero en el área gastronómica se aplica cuando tenemos un fiasco culinario, verdad? Cuando chequeamos el refrigerador y decidimos juntar las cosas que van quedando, en cualquier orden, cosas que antes no habríamos combinado. Bueno, les cuento que en Thailandia el “arroz con mango” es un postre típico, como nuestro arroz con leche, pero usando leche de coco y mango maduro (suena rico!).
No obstante, considerando las dos palabras como ingredientes, sí existe la receta del arroz con mango (verde o cele) y aquí se las comparto. Ingredientes: 2 tazas de arroz, 3 tazas de agua, 3 mangos verdes (celes), 2 cucharadas de margarina y 1 de aceite, 1 tallo de apio tierno, 1 cebolla pequeña, ½ cucharadita de sal (yo la sustituyo por 1 sobre de “mi arroz de knorr”). Culantro y limón ácido para complementar.

En una olla a fuego medio se derrite la margarina con el aceite, se añade la cebolla y el apio bien picado, se deja cristalizar y se incorpora el arroz, moviendo constantemente por un par de minutos. Entonces se agrega el agua (a temperatura ambiente) y se deja hervir semi-tapado.
Cuando el arroz empieza a secar (se forman agujeros) es tiempo de añadir los mangos pelados y rallados (sin semilla), se mezcla con un tenedor, (se puede añadir ½ taza de agua nuevamente) se tapa y se baja el fuego al mínimo, se deja cocinar unos 5 minutos. Se vuelve a mezclar para soltar el arroz y se retira del fuego, dejándolo reposar tapado por unos minutos más.

Así de fácil. El arroz adquiere un sabor especial, el mango mantiene su acides y la combinación, extrañamente resulta deliciosa. Si gusta puede servirlo con culantro picado encima, o añadir unas gotas de limón ácido.

Es perfecto para acompañar carnes; al tiempo que uno puede sentirse tranquilo y saber que nuestro arroz con mango será un éxito. Pruébelo.  

martes, 17 de mayo de 2011

frito de cerdo

Espero que seas un tico de “sepa”, que entre más años tengas,  más hayas tenido la oportunidad de visitar y vivir de un turno de pueblo. De esos con bombetas a las 5am, al medio día y juego de pólvora por la noche. Quizá de haberse encaramado en un carrusel de caballitos, sin más gracia que dar vueltas por unos minutos, pero con la alegría de sentirse uno más del pueblo. (Si eres extranjero, esta es una de nuestras historias)
De esos turnos donde se tiran argollas para ganarse una botella de vino de nance, tirar a los bolos por un escuálido peluche o comprar numeritos en “la bruja”, agarrando los cordeles de hilo mientras se hacía la rifa. Con la música de cimarrona y mascaradas incluidas. Muy fiel eso sí, ir a la misa primero y luego, visitar el galerón (o comedor) para saborear de sus diversas comidas.

Muchas veces una armazón de madera, improvisado para el turno, o en su mejor efecto, ya bien forradito, pero con mesas de madera y bancas sin respaldar. Servida la comida en platos y jarros de lata, que mantiene aún más caliente cada platillo. Con la cocina a la vista de todos, las señoras “enfundadas” cocinando y otros caballeros atizando el fuego. Grandes ollas de aluminio y hierro, tiznadas del carbón y humeantes de cada una de sus recetas.
En algún tiempo de mi vida, hasta de mesero de turno fui. Pero luego, de presentarse la ocasión voy como visita, a disfrutar de nuestra comida típica costarricense. Un desfile de sabores, arroz con pollo o carne, sopas de albóndigas, mondongo, pozol, picadillos, los clásicos gallos de huevo duro con ensalada de repollo o salchichón arreglado. Por supuesto con una buena aguadulce para bajar cuanta delicia se ofrece.

Una comida tradicional de estos turnos,  es la que lleva por nombre “frito” o frito de cerdo. Un plato similar a la asadura (sopa de vísceras de res, caldo negro y verduras), pero siendo el frito una receta que destaca por el uso de la cabeza de cerdo (chancho) y las vísceras de este animal. Como decía mi madre, es un plato  pesado, por lo que se debe comer con medida y allá una vez perdida…

La receta requiere como ingredientes una cabeza de cerdo, menudos o vísceras del cerdo (lengua, riñones, hígado, vaso y corazón – opcionalmente), agua la suficiente  (al menos 1.5 litros), 1 cabeza de ajos, 4 onzas de orégano, sal, cominos o condimento, hojas de culantro de coyote y guineos (primos de los plátanos verdes).  
Hay que lavar bien la cabeza del cerdo y extraer la piel o pellejo (incluye orejas), la carne o músculo de los cachetes y cuello, desechando huesos y resto. En principio se hace en una cocina de leña, entonces en el fondo de una olla alta (de hierro ojalá), se pone un par de cuadros de hoja de plátano (sin las venas), se añade la carne picada, ajos, agua y condimentos. (si lo hace en una cocina convencional –eléctrica- no use las hojas de plátano pues más bien mancha), a fuego medio, moviendo ocasionalmente hasta que la carne esté suave. Esto puede durar unas 3 horas.

Al tiempo, se retiran las hojas de plátano y se añaden los guineos pelados y cortados transversalmente o en rodajas (unos 10 guineos). Se tapa y se deja cocinar bien los mismos. Estos van a oscurecer y espesar el caldo. La receta en principio no añade otras verduras, pero bien podría añadirse unas papas. Si gusta también en este momento rectifica la sazón, y si lo prefiere puede agregar un poquito de salsa tipo inglesa (Lizano).
Se requiere su tiempo y dedicación. Pero es una clásica receta de antaño, que si su mente, paladar y su estómago la acepta, puede servirla como una entrada o boquita. Yo le sugiero una “birrita” o una “onza centenaria” como bendición, además de un chorrito de jugo de limón y un poquito de arroz blanco como acompañantes. Lo ves?… no es un sofrito, refrito ni una fritura, es tan solo nuestro frito! Costa Rica, pura vida! 

domingo, 15 de mayo de 2011

orejas de panadería


Una de las recetas tradicionales de la repostería costarricense, son las orejas. Esos grandes panes aplastados, azucarados, quebradizos y deliciosos. No es común su elaboración en forma casera o artesanal, más bien se lucen justo en las panaderías, en conjunto con los otros panes o “tosteles” como les llamamos.

Esta es una receta de la Chef Deborah Azevedo, quien nos indica que tan solo se requiere sobrantes de pasta de hojaldre, residuos de otra preparación previa, clara de huevo y azúcar (la necesaria).

Tan sencillo como mezclar los residuos de la pasta de hojaldre, o bien, usar láminas nuevas amasadas, se extienden, doblar en 3 (como una carta) y luego se arrollan y se deja reposar en refrigeración unos 20 minutos. Al tiempo sacar y cortar porciones de unos 6 centímetros, extender cada una sobre la mesa enharinada, para darle forma redonda, circular, casi como una tortilla.

Cada una se barniza con clara de huevo y se rocía de azúcar. Se lleva al horno precalentado a temperatura media hasta dorar. Sacar y dejar refrescar sobre una rejilla.



viernes, 13 de mayo de 2011

miel de chayote


El chayote, chaya, papa del moro, papa del aire, es una fruta considerada "verdura" de agua, llega a tener un 90% en su contenido, lo que la hace ideal para hacer dietas, pero también contribuye en la nutrición. La zona de Ujarrás, en Cartago es una de las mayores productoras a nivel nacional, donde sus chayoteras se convierten en excelentes puntos para observarse desde todo punto.



En Costa Rica es muy común usarlo en platos salados, picadillos, sopas, en ensaladas. Aunque también se ha incursionado más recientemente, en jugos, refresco y postres. En esta oportunidad les comparto una miel, con tapa de dulce (panela, piloncillo), que recuerda mucho las mieles de Semana Santa con chiverre, pero usando esta singular verdura. Requerimos 6 chayotes sazones grandes (no importa el color), 1 tapa de dulce, 2 astillas de canela, 8 clavos de olor y 2 cucharadas de vainilla. Opcionalmente 6 higos en confitura o conserva.

Primero se pelan los chayotes, se ralla grueso, se pasan a un recipiente con agua, para eliminar algo de su “mancha” y luego se escurren. Puede usarse incluso una manta para ayudar a escurrir su líquido.

Aparte se pone a cocinar a fuego medio, la tapa de dulce con ¼ taza agua, la canela, clavos de olor, para formar un almíbar o miel, moviendo de preferencia con cuchara de madera. Cuando empieza a hervir se añade el chayote ya escurrido, la vainilla y los higos picados.

Se mueve constantemente, aproximadamente unos 30 minutos hasta que el chayote se cocine y la miel se haga espesa. Estará lista para pasarse a un recipiente y dejar entibiar antes de disfrutar. O bien embasar y conservar en refrigeración.


Se sirve como postre, presentándolo como relleno de un chayote hueco, o en tazas individuales.



Otra opción es usar esta miel para hacer empanadas o pan casero relleno. Qué les parece?? Bien tico verdad? Fácil, económico y sabroso.